
Quédense con esta cara
El equipo estadounidense Garmin-Sharp tiene una joya pulida. Andrew Talansky se ha curtido en las carreras duras de Europa y ha demostrado sus cualidades. El domingo logró su mayor éxito: se impuso en la general del Dauphiné con un golpe de mano orquestado por un gran equipo y rematado por un líder en plena forma. Alberto Contador, también a un grandísimo nivel, tuvo que ceder el maillot amarillo y el título final.
Y claro, ahora la pregunta flota en el aire: ¿Podrá con el Tour de Francia? «Ya sé que últimamente quien gana el Dauphiné se ha impuesto después en el Tour, pero a mí me queda mucho para poder compararme a Wiggins o a Froome, que son enormes campeones», dijo el chico de Miami, 25 años, tras elevar hacia el cielo de Courchevel sus manos y sus trofeos.
Tenacidad
El año pasado debutó en el Tour y sin hacer mucho ruido lo acabó décimo. Fue protagonista en varias etapas, aunque no ganó ninguna —tampoco lo ha hecho en el Dauphiné— y estuvo cerca de los favoritos en las etapas más duras. Un año antes, en la Vuelta, tampoco dio mucho de que hablar o escribir, pero si uno mira la clasificación final lo encontrará en el séptimo puesto. Ya había completado la Vuelta en 2011, de incógnito en su estreno como profesional.
Quienes le conocen terminan pronunciando una palabra para definir su carácter: tenacidad. «Tiene las ideas muy claras, si para conseguir lo que quiere tiene que tirar un muro, lo derriba y sigue hacia delante. Cuida los detalles al máximo, es muy decidido y echao p’alante», explica Bingen Fernández, uno de los directores del ciclista estadounidense, instalado en Girona durante la temporada, como la mayoría de sus compañeros del Garmin.
Bingen Fernández añade que «en el Dauphiné ha dado un paso muy grande. Sobre todo cuando se vio junto a Froome y Contador en la primera etapa de montaña. Eso le dio mucha confianza», continúa Bingen en referencia a la jornada del alto del Béal, una montaña que Andrew Talansky conoció en 2010, en el Tour del Porvenir que ganó Nairo Quintana y él acabó en segunda posición. En aquel puerto fue tercero, detrás de Ejissen y Atapuma.
Mejor contrarrelojista que escalador, viene equilibrando las facetas hasta alcanzar su actual condición de ciclista completo, de hombre-Tour. Esta victoria en el Dauphiné «le ha dado una moral increíble» para afrontar la Grande Boucle, aunque nadie en su equipo quiera calentarle la cabeza.
El lunes, tras ganar el Dauphiné, Talansky viajó a la región de Bergerac para inspeccionar la contrarreloj de la penúltima etapa del Tour de Francia, una de las más importantes que le faltaban por memorizar.
Tranquilo y sin ruido, afronta una etapa importante en su camino. Pero esta vez no va a pillar a nadie desprevenido..