¿Valen más unas zapatillas que tu vida?
11 de abril de 2016
Hace justo ocho días este redactor de Diario del Triatlón que escribe este editorial formó parte de los más de 41.000 finishers del Maratón de París. Para ser uno los runners en la lista de salida era necesario acudir con un certificado médico, por esa razón volví a hacerme una prueba de esfuerzo y acredité que me encontraba en condiciones de afrontar una carrera de la extrema dureza de un maratón.
Sin embargo, mi sorpresa llegó cuando comprobé al recoger el dorsal que otro español llegaba con un certificado médico firmado por un médico de la Seguridad Social en el que, como en el mío, aseguraba que estaba en condiciones de correr un maratón, pero le pregunté cuáles habían sido las pruebas que había superado y me reconoció que ninguna, que bastó con su palabra y su historial para conseguir el certificado médico. Es decir, el médico confió en la palabra del runner.
Fuente:www.diariodeltriatlon.es
En este editorial no apuntamos con esta anécdota en la falta de rigor médico sino en la ignorancia del runner. No es lo mismo un papel firmado por un médico que un certificado médico que acredita que se puede correr. Quien se engaña es el propio runner, que consigue estar en la línea de salida de un maratón pero que no conoce su verdadero estado de salud para afrontarlo.
También queremos plasmar que en otros países es cierto que los requisitos son mayores para correr que en España, pero que esos requisitos son laxos y se driblan con cierta facilidad.
Es paradójico que ese mismo runner haya pagado un viaje en avión, un hotel en una ciudad cara como París, desayunos, comida y cenas y en los meses de entrenamiento haya
comprado un par de zapatillas de más de 150 euros, sesiones de fisioterapia por más de 200 euros y no haya reparado que una prueba de esfuerzo que le salvaría la vida cuesta menos que un par de zapatillas.
El ascenso del running y del triatlón no es una moda, es una tendencia en auge que ya no parará, pero llega con un déficit muy alto de conocimientos y educación deportiva. La gente se lanza a un maratón al año de empezar a correr sin conocer sus límites y ante tal volumen de retos llegan los riesgos.
Hace unos días publicamos un estudio realizado en Estados Unidos sobre la causa de las muertes en triatlón en ese país en los últimos 30 años y lo que quedaba claro es que la mayoría eran mayores de 40 años, debutantes y por problemas de corazón. Este estudio refleja que aventurarse a grandes desafíos en la madurez de nuestra vida es fantástico pero pese a lo que creamos, no conocemos nuestro cuerpo, nuestros límites y nuestras capacidades para llevarlo a un sobreesfuerzo. Nuestra vida vale más que un par de zapatillas y hay que concienciar a la nueva tribu de deportistas con horizontes señalados en un maratón, un medio ironman o un ironman deben estar marcadas por la información. Hay herramientas basada en pruebas científicas que nos dirán si estamos preparados y evitarán tragedias.