23 de noviembre de 2016

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Las personas que realizan natación suelen disfrutar de un cuerpo bonito y moldeado. De hecho, la mayoría de nosotras sueña con tener un "cuerpo de nadadora" o que nuestra pareja se parezca a Ian Thorpe, Dániel Gyurta, Camille Lacourt o Luca Dotto. Ahora sabemos que éste no es el único beneficio que ofrece este deporte.

La natación fomenta la memoria, favorece la retención, la claridad y el enfoque mental y mejora las habilidades motoras y visuales. Para nadar, el cerebro necesitar activarse completamente y que todas sus partes trabajen de forma conjunta y coordinada. Por eso, las personas que saben nadar suelen desarrollar un mayor número de habilidades.

Además, nadar de forma continuada reduce el estrés y la ansiedad, alivia la tensión, favorece el correcto funcionamiento del corazón e influye sobre el estado de ánimo. La natación posee un efecto anti-depresivo y consigue que nos mantengamos optimistas, felices y tranquilos.

Con el frío no apetece tanto salir a correr y solemos reducir el tiempo que dedicamos al deporte. No lo pienses y comienza nadar. Lo notarás por dentro y por fuera.