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Aprender cosas nuevas es atletismo mental

23 de octubre de 2016

Entrenar el cerebro es tan importante como salir a trotar por las mañanas, y aunque hay técnicas de memoria y cálculo, el ejercicio cerebral empieza en tareas simples y de la vida cotidiana como leer. El atletismo mental es aprender a diario cosas nuevas. Así de fácil.

Andrés Rieznik es doctor en física y estudioso del entrenamiento mental. En el libro Atletismo mental muestra algunas técnicas para ejercitar el cerebro y mejorar la memoria, a través de ejercicios e historias, muchas con humor. Incluso cuenta algunos secretos de los magos.


Página 23: “Observe el lector que los consejos importantes son los de la abuela: práctica, transpiración, instrucción, feedback y revisión constante de lo hecho (Borges decía que no terminaba un escrito, sino que se rendía; tal era su obsesión por la revisión). No hay magia, no hay mejora sin esfuerzo, no hay excelencia sin trabajo duro”.

¿Por qué hay que entrenar el cerebro?

“Por lo mismo que hay que entrenar el cuerpo, el cerebro es parte del cuerpo. Todo lo que le hace bien al corazón le hace bien al cerebro, y viceversa. Estar sanos mental y físicamente nos permite vivir la vida con plenitud”.

En el prefacio del libro dice que todos podemos entrenar el cerebro, ¿en serio todos?

“¡Claro que todos! ¡A cualquier edad! Y no existen contraindicaciones, como no existen a la hora de educarse. ¿Qué mal me puede hacer aprender algo nuevo y adquirir una nueva habilidad? El conocimiento siempre es mejor que la ignorancia”.

Estamos acostumbrados a escuchar atletismo y entrenar con significados relacionados a lo físico, pero parece muy raro para el cerebro. ¿Qué significa entrenar el cerebro, hacer atletismo mental? ¿Por qué es importante?

“El atletismo mental se divide en dos ramas: cálculo y memoria. Existen hasta campeonatos mundiales y competencias como Supercerebros de NatGeo, donde tuve el placer de participar como el experto científico del ciclo, pero cuando hablamos de entrenar y mantener en forma el cerebro, no nos referimos a esas técnicas, sino a estar siempre por fuera de la zona de confort, siempre aprendiendo cosas nuevas, mediante esfuerzo mental, práctica y aprendizajes específicos que requieran educarse permanentemente. En ese sentido, cualquier persona que en su día a día lleve adelante tareas desafiantes, que esté siempre aprendiendo cosas nuevas, es un atleta mental”.

Así como se saca tiempo para ir al gimnasio, ¿para entrenarse mentalmente hay que sacar tiempo? ¿Hay un mínimo recomendado diario?

“Lo ideal es estar todos los días aprendiendo cosas nuevas mediante esfuerzo mental y educación permanente. Hay, sin embargo, una característica de los circuitos cerebrales del aprendizaje: producen cansancio. Es difícil mantener el foco sin interrupciones. Por eso se suele recomendar que cada 40 0 50 minutos de esfuerzo y aprendizaje se haga una pausa de 5 o 10 minutos para descansar”.

¿Si empezáramos a entrenar el cerebro, qué podría mejorar en nuestras vidas?

“Yo creo que todo: viviríamos la vida más en plenitud, la disfrutaríamos más. Estar lúcido mentalmente nos ayuda además a fascinarnos, a mantener la curiosidad y el asombro, madre de toda ciencia, de todo conocimiento. Estar vivos y poder entender el universo que nos rodea es un privilegio. Además, en un sentido amplio, entrenar el cerebro es simplemente educarse.

 

Saber más. Y todos sabemos la importancia de la educación en nuestras vidas, aunque a veces los políticos se olviden”.

También menciona la palabra paciencia. ¿Por qué es importante la paciencia?

“Es que el entrenamiento de habilidades, sean mentales o físicas, lleva tiempo y esfuerzo. Los resultados al principio son rápidos, pero después la mejora se hace más demorada. Por eso es fundamental no desanimarse, encontrar pasión en lo que se aprende para poder entrar en un estado de flujo que permita mantener el esfuerzo mental por periodos prolongados de tiempo”.

¿Cómo empezar? ¿Hay un ejercicio con el que uno pueda encantarse para entrenar el cerebro?

“En mi libro explico varias técnicas de memoria y cálculo, pero diría que la mejor forma de empezar es encontrar algo que te apasione y aprender leyendo de los grandes exponentes del área. La lectura es de hecho el mejor ejercicio para mantener en forma el cerebro: es un ejercicio de concentración e imaginación”.

¿Hay un ejercicio que se pueda tomar como rutina, y que incluya la vida cotidiana, que sea fácil?

“Yo, que me especializo en cálculo mental, siempre aprovecho mis tiempos muertos en el tránsito, o las filas de los bancos, o las salas de espera, para practicar cuentas con mi celular.

 

Lo ideal es elegir algo en lo que uno quiera mejorar (puede ser un idioma, o cualquier actividad de ingenio, o el ajedrez, por ejemplo) e incluir su práctica durante varios minutos, o un par de horas por día”.

¿Perder la memoria es falta de práctica?

“Salvo que tengamos algún problema neurodegenerativo o alguna lesión cerebral, sí. No perdemos la memoria de aquellas cosas que practicamos y evocamos constantemente”.

¿Tiene que ver el entrenamiento mental con la inteligencia?

“Es que no existe una inteligencia, sino varias. Y en todas ellas lo fundamental es mantenerse entrenando. Así que sí, las inteligencias se entrenan, más allá de la suerte que hayamos tenido en la lotería genética”.

Dijo que leer funciona como atletismo mental... ¿Hay otras actividades cotidianas que funcionen como ello y no nos demos cuenta?

“¡Claro! Leer es el mejor ejercicio para el cerebro. También funcionan los audiolibros. Así que este consejo también sirve para los no videntes. El escritor argentino Jorge Luis Borges, por ejemplo, al quedarse ciego contrataba a personas para que le leyeran, y funciona perfectamente. Lo importante es mantener el foco e imaginar. Cuando uno ve un árbol, es un solo árbol. Cuando uno lee la palabra ‘árbol’ se activan en el cerebro todas las memorias semánticas asociadas a esa palabra, los sinónimos que eventualmente conozcamos, incluso en otros idiomas, se activan las memorias visuales, auditivas, táctiles, hasta las memorias emocionales. Leer y educarse permanentemente son el mejor ejercicio para mantener en forma el cerebro”.

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